Soluciones multiactivos
Diciembre 2024
- El mayor reto de cara a 2025 es confundir el riesgo político y geopolítico con los resultados de la inversión
- Aunque las valoraciones de la bolsa estadounidense no son baratas, sus fundamentos la convierten en un destino de inversión atractivo para 2025
- Aunque habrá que vigilar la inflación en 2025, la inversión constante en empresas de alta calidad ha demostrado ser una cobertura eficaz a lo largo del tiempo
1. ¿Cuál cree que podría ser el mayor reto u oportunidad para los clientes en 2025?
El mayor reto para los clientes de cara a 2025 es confundir el riesgo político y geopolítico con los resultados de la inversión. Los mercados bursátiles se rigen por el sentimiento a corto plazo, como se ha visto recientemente con el paquete de medidas de estímulo de China, que ha impulsado los mercados de renta variable del país, y la victoria electoral de Donald Trump, que ha hecho subir los valores bancarios y tecnológicos, el dólar estadounidense y las criptomonedas. Los mercados de capitales pueden, por supuesto, mostrar una pronunciada volatilidad si el sentimiento se deteriora, como lo demuestran los mercados del petróleo en medio de la guerra en curso en Oriente Medio.
A corto plazo, siempre hay motivos para la euforia o el pánico, y las noticias más recientes abundan en estos últimos. El papel de la gestión profesional de las inversiones es guiar a los clientes en esos momentos y recordarles que, a medio y largo plazo, lo más importante son los fundamentos. Históricamente, la tasa de rentabilidad a largo plazo de la renta variable se ha situado en torno al 7%, según la Constante de Siegel, tras décadas de turbulencias como guerras, convulsiones políticas, pandemias y desplomes. La situación actual no es muy diferente.
2. ¿Cuál cree que será su principal oportunidad de inversión en 2025 y cómo puede aprovecharla?
La principal oportunidad de inversión reside hoy en la relativa fortaleza de EE.UU. . Dejando de lado las elecciones por ahora, la economía estadounidense es fundamentalmente sólida, con un crecimiento ligeramente inferior al 3% anualizado. El desempleo, ligeramente superior al 4%, es bajo en términos históricos. Las encuestas de confianza de los consumidores revelan una confianza generalizada. Se está creando un número significativo de puestos de trabajo. Los salarios superan a la inflación. Todo ello repercute en el mercado bursátil, especialmente en los niveles inferiores de la estructura de capitalización, donde los beneficios empresariales están aún más estrechamente correlacionados con el crecimiento económico.
El mercado bursátil estadounidense está disfrutando de un impulso adicional gracias a la revolución de la inteligencia artificial (IA). Las empresas dedicadas a la IA están pasando ahora de la fase de especulación a la de inversión, lo que significa que los inversores pueden esperar beneficios reales a medida que la economía empiece a integrar la IA en varios niveles. El sector tecnológico estadounidense se encuentra en una posición única para sacar partido de esta situación, gracias a su profundo ecosistema de financiación e innovación y a sus estrechos vínculos con el talento del mundo académico. Aunque las valoraciones del mercado bursátil estadounidense no son baratas, sus fundamentos lo convierten en un destino de inversión atractivo para 2025.
3. ¿Cuál es el mayor riesgo para su clase de activos el año que viene y cómo puede mitigarlo, o incluso convertirlo en una ventaja?
El mayor riesgo para nuestro compromiso a largo plazo con la renta variable, especialmente en EE.UU., es probablemente la inflación. Aunque no se trata de una amenaza inmediata, una economía estadounidense con buenos resultados podría enfrentarse a problemas de capacidad a tres niveles.
El primero se deriva de la importante cantidad de dinero inyectada en la economía a través de los programas de estímulo de la administración Biden, incluida la legislación CHIPS y la Ley de Reducción de la Inflación. Esto ya había contribuido a la inflación de 2022 y sigue ejerciendo presiones sobre los precios. La presumible renovación de los recortes fiscales que expiran en 2025 bajo la nueva administración Trump seguramente estimularía una economía estadounidense ya de por sí robusta, lo que podría provocar aún más inflación.
En segundo lugar, la imposición de aranceles exorbitantes aumentaría sin duda los precios de los bienes de consumo importados.
En tercer lugar, la promesa electoral de deportar a "millones" de inmigrantes ilegales también podría tener consecuencias inflacionistas. Según el Pew Research Center, había unos 8,3 millones de inmigrantes no autorizados en la población activa estadounidense, lo que suponía algo menos del 5% de la mano de obra total. La mera expulsión no explica cómo se les va a sustituir, y muchos de ellos trabajan en la hostelería o la agricultura, puestos que los estadounidenses no están interesados en ocupar.
Desde el punto de vista de la inversión, las empresas estadounidenses, especialmente las grandes, han sido históricamente expertas en gestionar la inflación y ejercer su propio poder de fijación de precios sin sacrificar el margen. Esto es especialmente cierto en el sector tecnológico, que no necesita personal y tiende a crear sus propios mercados y flujos de ingresos. Aunque en 2025 habrá que vigilar la inflación y la posible subida de los tipos de interés, la inversión constante en empresas de alta calidad ha demostrado ser una cobertura eficaz a lo largo del tiempo.
Julian Howard es estratega jefe de inversiones multiactivos en GAM Investments.
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