La renta variable emergente ofrece oportunidades atractivas, pero exige una cuidada selección. Ygal Sebban, responsable de RV EM destaca las áreas más sólidas, impulsadas por tendencias estructurales, el apoyo de las políticas y el atractivo de las valoraciones.
24 de junio de 2025
Para invertir con éxito en los mercados emergentes es necesario comprender en profundidad las tendencias macroeconómicas mundiales, incluidos los flujos comerciales, los cambios geopolíticos y los retos estructurales de los mercados desarrollados. Los flujos de capital y la percepción del riesgo en los mercados emergentes suelen estar determinados por la dinámica de los mercados desarrollados, por lo que es esencial adoptar un enfoque top-down y sensible al riesgo.
Gráfico 1: Rentabilidad en lo que va de año (YTD) de los ME frente al MSCI World y el S&P 500

Las rentabilidades pasadas no son indicativas de rentabilidades futuras ni de tendencias actuales o futuras.
Gráfico 2: Divergencia en la rentabilidad de los mercados emergentes
Rentabilidad del 31 de mayo de 2024 el 30 de mayo de 2025

El rendimiento pasado no es indicativo del rendimiento futuro ni de las tendencias actuales o futuras. Nota: Todos son índices de rentabilidad total neta en USD.
Los mercados emergentes han tenido un buen comportamiento este año, superando a los mercados mundiales. El índice MSCI Emerging Markets (USD) ha obtenido una rentabilidad del 8,62 % en lo que va de año, superando tanto al índice MSCI World, con un 4,94 %, como al S&P 500, con un 1,12 % (todos en USD, a 30 de mayo de 2025). Este rendimiento superior pone de relieve la importancia de la selección y la gestión activa a la hora de aprovechar las oportunidades adecuadas.
La dispersión del rendimiento entre los mercados emergentes subraya la importancia de la gestión activa. Los mercados del universo emergente no se mueven al unísono, sino que cada uno responde de forma diferente a las fuerzas macroeconómicas, los acontecimientos políticos y los cambios estructurales. Esta divergencia crea tanto oportunidades como riesgos que las estrategias pasivas pueden pasar por alto.
Evaluamos los mercados emergentes en función de su atractivo relativo, determinando las valoraciones ajustadas al riesgo, las perspectivas de crecimiento, el momentum y la calidad. Los principales factores que impulsan la rentabilidad, como la divisa, el crecimiento del PIB, la estabilidad política y la exposición a temas globales como la inteligencia artificial (IA) y la transición energética, se evalúan utilizando modelos propios que incorporan los diferenciales de tipos de interés reales, la volatilidad y la balanza de pagos.
Enfoque actual del mercado: China, Grecia y Argentina.
Actualmente nos centramos en tres mercados: China, Grecia y Argentina. Mientras que Grecia y Argentina están bastante aislados de la guerra comercial, nuestra posición en China hace hincapié en temas que también son resistentes a tales riesgos.
China sigue siendo un mercado clave, respaldado por un giro hacia políticas más favorables al crecimiento, reafirmadas en las últimas reuniones del Gobierno. El objetivo de crecimiento del 5 % para 20251 apunta a la continuidad de las medidas de estímulo. Somos especialmente optimistas con respecto a los sectores del software y el consumo discrecional, y preferimos el consumo de servicios al de bienes, en particular los viajes, las plataformas de servicios locales, la inteligencia artificial y los videojuegos. Estas áreas se benefician de valoraciones atractivas, una mejora del impulso de los beneficios y las ventajas de dos políticas: la «China digital» y el impulso de la tecnología «nacional». Empresas como Kingdee y Kingsoft han sorprendido al alza con sus resultados2,3, impulsadas por el apalancamiento operativo y la disciplina de costes.
Grecia destaca por su sólido perfil de rentabilidad ajustada al riesgo tras su mejora a la categoría de grado de inversión. Prevemos un crecimiento del PIB superior al consenso, del 2,5 % en 2025, respaldado por una política fiscal prudente y reformas estructurales. Los persistentes superávits primarios deberían impulsar una reducción constante. Somos optimistas con respecto a los bancos griegos, cuyo potencial de rentabilidad del capital, incluida la recompra de acciones, es cada vez más atractivo.
Argentina también es un país en el punto de mira, gracias a su recuperación macroeconómica. Desde diciembre de 2023, el país ha aplicado reformas audaces en materia de desregulación, privatización y disciplina fiscal. Una exitosa amnistía fiscal ha atraído 22.000 millones de dólares en entradas de capital, mientras que la inflación anual ha caído drásticamente, del 211 % a finales de 2023 al 47 % en abril de 20254. Se prevé que la inflación general continúe su trayectoria descendente, hasta alcanzar el 37 % en 2025 y el 15 % en 20265, respaldada por el endurecimiento de la política monetaria y la reforma cambiaria. Con la el crédito privado expandiéndose desde un nivel bajo y la previsión de que los bancos desempeñen un papel clave en la recuperación de Argentina, vemos un importante potencial alcista en el sector bancario, una oportunidad que creemos que aún no se ha descontado plenamente.
Estos mercados ofrecen oportunidades atractivas respaldadas por tendencias macroeconómicas favorables, el impulso de las reformas y las perspectivas positivas de beneficios.
China: sigue siendo un mercado en el que invertir
Seguimos viendo oportunidades selectivas en China, especialmente en áreas respaldadas por tendencias estructurales y políticas proactivas. El entorno macroeconómico ha cambiado significativamente, y el Gobierno ha dado prioridad al crecimiento y a la confianza del sector privado frente al enfoque anterior centrado en la «prosperidad común».
Desde septiembre de 2024, China ha demostrado un apoyo coordinado en sus políticas monetarias, fiscales, inmobiliarias y de mercados de capitales. Las condiciones de liquidez han mejorado y vemos signos de estabilización del mercado inmobiliario, lo que podría contribuir a mejorar la confianza general, aunque sigue siendo poco probable que se vuelva a los niveles de actividad anteriores a la pandemia.
Somos optimistas sobre las perspectivas de China, impulsadas por el objetivo de crecimiento del PIB del 5 % para 2025, una combinación de políticas más acomodaticia, que incluye un déficit fiscal del 4 %, y un apoyo específico al consumo, el sector inmobiliario, la banca y los mercados de capitales. Las recientes reuniones sobre política económica siguen indicando que se están barajando nuevas medidas de estímulo.
Nos centramos en los sectores del software y el consumo discrecional, donde vemos atractivos rendimientos ajustados al riesgo. En el consumo discrecional, nos decantamos por áreas impulsadas por los servicios, como los viajes, las plataformas locales, la inteligencia artificial y los videojuegos, que cotizan en la parte baja de sus rangos de valoración de cinco años y muestran una mejora en el impulso de los beneficios. Los recientes resultados de las principales empresas de Internet y comercio electrónico han superado las expectativas, impulsados por un fuerte apalancamiento operativo y la innovación de productos.
En el sector del software, las avanzadas capacidades de China en IA, ilustradas por DeepSeek, y las estrategias nacionales, como “China Digital”, así como la localización tecnológica siguen respaldando el crecimiento. Aunque seguimos atentos a los riesgos geopolíticos y a los aranceles, que pueden afectar a los exportadores, evitamos las áreas más expuestas y nos centramos en temas menos vulnerables a las impactos externos.
Aranceles y mercados emergentes: riesgos y respuestas
A pesar de varios cambios de los aranceles estadounidenses, como reducciones temporales o exenciones tecnológicas, y de los indicios de negociación entre China y Estados Unidos, el comercio internacional sigue bajo presión. Los tipos arancelarios son significativamente más altos de lo previsto a principios de año, lo que lastra el comercio internacional, la confianza empresarial y, en última instancia, el crecimiento mundial. No obstante, creemos que las tendencias seculares de los mercados emergentes se mantienen intactas, lo que les confiere resistencia en un panorama cambiante.
Si bien los aranceles plantean retos para los EM, su impacto varía según el país, y varios países han demostrado su capacidad para responder de manera eficaz. Aunque los aranceles pueden alterar los flujos comerciales, ejercer presión sobre los exportadores y aumentar los costes de producción, su gravedad depende en gran medida de la estructura económica y la exposición sectorial de cada país. Consideramos que el impacto directo de los aranceles es más pronunciado en las economías que los imponen, como Estados Unidos, que en los mercados emergentes en general. La mayoría de los mercados emergentes no importan bienes de consumo significativos de Estados Unidos, por lo que los efectos inflacionarios tienden a ser limitados. En cambio, la principal consecuencia es la presión sobre los exportadores de los mercados emergentes a Estados Unidos, un riesgo que gestionamos activamente evitando las empresas y los sectores más expuestos a estos riesgos.
No obstante, los mercados emergentes no son vulnerables de manera uniforme. Las economías impulsadas por la demanda interna, como India y Brasil, están más aisladas que otras dependientes de las exportaciones, como México o Vietnam. China, por ejemplo, ha respondido con estímulos específicos, desgravaciones fiscales y la aceleración de su transición hacia sectores de mayor valor, como el software y la inteligencia artificial, áreas que se benefician del apoyo político y las tendencias de localización.
En términos más generales, los aranceles están acelerando la divergencia entre las trayectorias de crecimiento de los mercados emergentes y los mercados desarrollados, a menudo en beneficio de los primeros. Al fomentar la autosuficiencia y el comercio regional, están reforzando los cambios estructurales que ya se están produciendo en muchos mercados emergentes. Para los inversores, esto crea nuevas oportunidades en mercados centrados en la innovación, el crecimiento interno y la resiliencia sustentada por las políticas.
Un dólar estadounidense más débil: qué significa para los mercados emergentes
Históricamente, la debilidad del dólar estadounidense ha respaldado la rentabilidad de los mercados emergentes, ya que ambos muestran una gran correlación inversa. Esto beneficia a los activos de los mercados emergentes a través de tres canales principales:
- Flujos de capital: la depreciación del dólar estadounidense atrae la entrada de capital extranjero, ya que los inversores buscan mayores rendimientos, lo que a su vez respalda los beneficios empresariales y la expansión económica.
- Deuda: un dólar más débil reduce la carga de la deuda denominada en dólares para los gobiernos y las empresas de los mercados emergentes.
- Materias primas: los precios de las materias primas son cruciales, ya que muchos mercados emergentes son exportadores de materias primas. Los precios de las materias primas tienden a subir cuando el dólar estadounidense se debilita, lo que supone un impulso extra para el rendimiento económico.
Además, un dólar más débil otorga a los bancos centrales de los mercados emergentes una mayor flexibilidad política, lo que les permite relajar las condiciones monetarias o mantener los tipos. Por el contrario, un dólar más fuerte suele obligar a los mercados emergentes a endurecer su política de forma defensiva, como se vio en 2018.
De cara al futuro, prevemos una mayor depreciación del dólar estadounidense, respaldada por los estímulos fiscales y las expectativas de inflación. Los factores estructurales, como la preocupación por la sostenibilidad fiscal de EE. UU. y la infravaloración de las divisas de los mercados emergentes, también deberían proporcionar un impulso a medio plazo a las divisas de los mercados emergentes.
Posicionamiento para lo que está por venir
Los mercados emergentes siguen ofreciendo oportunidades atractivas para los inversores que saben navegar por su complejidad con disciplina y conocimiento profundo. Aunque se mantienen vientos en contra a nivel mundial, como los aranceles y las tensiones geopolíticas, muchos mercados emergentes están demostrando su resistencia gracias a las reformas estructurales, la demanda interna y la alineación con tendencias globales transformadoras, como la inteligencia artificial y la transición energética. La debilidad del dólar estadounidense mejora aún más las perspectivas, ya que favorece los flujos de capital, alivia la carga de la deuda e impulsa las economías vinculadas a las materias primas.
Combinando el análisis macroeconómico top-down con la selección de valores bottom-up y centrándonos en sectores respaldados por las políticas y liderados por la innovación, nuestro objetivo es identificar las oportunidades más atractivas y gestionar activamente el riesgo. En nuestra opinión, el panorama cambiante de los mercados emergentes no solo es susceptible de inversión, sino que se está convirtiendo en un componente esencial de una cartera global con visión de futuro.
Ygal Sebban dirige el equipo de renta variable de mercados emergentes y gestiona la estrategia de renta variable de mercados emergentes en GAM Investments.
2Fuente: Kingdee, “« Kingdee International anuncia los resultados anuales del ejercicio fiscal 2024 »”, 17 de marzo de 2025.
3Fuente: Kingsoft, “«Kingsoft anuncia los resultados anuales y del cuarto trimestre de 2024»”, 19 de marzo de 2025.
4Fuente: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “«Perspectivas económicas de la OCDE, volumen 2025, número 1»”, 3 de junio de 2025.
5Fuente: OECD, “OECD Economic Outlook, Volume 2025 Issue 1”, 3 de junio de 2025.